miércoles, 5 de abril de 2017

EL BALÓN GIGANTE








Había una vez una pelota gigante que un niño chutó a la  portería y se salió  destrozando muchos edificios y además se rompió la rodilla.

La gente del edificio se fue corriendo muy asustada al mar a coger sus barcas para escapar del balón gigante y se fueron a una isla.

Cuento contado, ya se ha acabado.

Ferran Ortega Marti (2º A) y Alexis Maza (1ºA)

El perro y el gorila


Había una vez  un perro  abandonado y  un  día  vino  un  gorila y lo  adoptó.

Un día le llevó de paseo a su casa y le dio de comer. Después jugaron con la pelota y también le regalaron ropa de perro para que no tuviera frío.

Llego un día en que el perro le dio las gracias al gorila por todo lo que había hecho por él. Desde entonces son grandes amigos. Y fueron felices y comieron perdices.

Maria Ballester (2º B), Jessica Lerch (1º A) y Izan Escaby (1º A).





Los ciervos y el gato


Había una vez un gato que se encontró 3 ciervos  que estaban llenos de nieve y
 que querían entrar en casa pero no podían entrar porque el gato no le dejaba.

Los ciervos se quedaban mirando al gato para que les dejaran entrar pero como eran más grandes que el gato no quería.

Al final el gato dejó entrar a los ciervos, hicieron una fiesta y se divirtieron mucho. Desde ese día son grandes amigos. Y cuento contado, este cuento ya se ha acabado.

Loubna (2º A), Paula (1º B) y Vero (1º A).







La pelota gigante






Había una vez un gigante que tenía una pelota muy grande. Un día el gigante se hartó de la pelota y le dio una patada. La pelota se estrelló contra una casa y ésta se rompió.

Los amos de la casa le denunciaron. Y el gigante les pidió perdón y les rogó que retiraran la denuncia.

Y los amos retiraron la denuncia al gigante, porque éste tenía ladrillos para arreglar la casa.

Juntos se pusieron manos a la obra y la arreglaron. Desde ese se hicieron amigos y fueron muy felices y comieron perdices.

Àlex Llopis (2º A) y Ahmed (1º B).

Las ratitas


Había una vez una pareja de ratitas que decidieron jugar al escondite.

Jugando, la ratita y el  ratón se encontraron a un gato. 

Primero se asustaron, porque pensaron que el gato se los iba a comer, pero no se los comió. En verdad el gato quería que fueran amigos.

¡Uy, qué emoción, no nos ha comido! pensaron las ratitas y decidieron hacerse amigos del gatito.

Desde ese día fueron amigos y muchas tardes lo sacan a pasear por el parque. Y fueron felices y comieron perdices.

Ibrahím Ajoudi (1º B) y Raquel García (2º B).