Había una vez un perro con botas y con gorro que estaba al lado de una casa llena de nieve .
Sus ojos brillaban de alegría recordando los bonitos momentos que había pasado con su dueño, Raúl, en verano, cuando podían jugar, sin llevar botas, ni gorro, ni nada para abrigarse.
De repente recordó que dentro de la casa no nevaba, así que decidió entrar a casa a jugar con Raúl. Allí comió, bebió y se fue a dormir. ¡Qué calentito!!!
Aroa Barrachina (2º A) y Emanuel Sales (1º B)
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