Había una vez un gigante que tenía una pelota muy grande. Un día el gigante se hartó de la pelota y le dio una patada. La pelota se estrelló contra una casa y ésta se rompió.
Los amos de la casa le denunciaron. Y el gigante les pidió perdón y les rogó que retiraran la denuncia.
Y los amos retiraron la denuncia al gigante, porque éste tenía ladrillos para arreglar la casa.
Juntos se pusieron manos a la obra y la arreglaron. Desde ese se hicieron amigos y fueron muy felices y comieron perdices.
Àlex Llopis (2º A) y Ahmed (1º B).
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