Había una vez una pareja de ratitas que decidieron jugar al escondite.
Jugando, la ratita y el ratón se encontraron a un gato.
Primero se asustaron, porque pensaron que el gato se los iba a comer, pero no se los comió. En verdad el gato quería que fueran amigos.
¡Uy, qué emoción, no nos ha comido! pensaron las ratitas y decidieron hacerse amigos del gatito.
Desde ese día fueron amigos y muchas tardes lo sacan a pasear por el parque. Y fueron felices y comieron perdices.
Ibrahím Ajoudi (1º B) y Raquel García (2º B).
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