Había una vez un mono que se encontró un cachorro de perro dálmata.
Decidió que quería llevárselo a su casa y quedárselo de mascota.
Después el dálmata creció y juntos jugaban mucho.
La gente siempre decía:
- ¡Que raro! Un mono que pasea a un perro.
Y ellos contestaban:
- Cada uno tiene los amigos que quiere, no importa que no nos parezcamos.
Juntos vivieron felices muchos años y comieron carne.
Nacho Villar (2º B), Marwa (2º A) y Paula Gil (1º B).
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